Vuelta como visitante, pero vuelta al fin

Ok, si ya volví; no se si se dieron cuenta pero no tuve ni un minuto para volver a escribir. Es más, parece irónico, pero estoy escribiendo este post nuevamente desde otro aeropuerto. Siempre tengo tiempo en los aeropuertos, soy extremadamente puntual, el día anterior ya tengo nervios y  quiero llegar 3 horas antes a toda costa, obviamente calculado ya de por sí más tiempo del normal para lo que sería el viaje de casa a Ezeiza en este caso. En fin, si, llego muy temprano siempre y después por eso no me molesta ya tranquila, ponerme hacer otras cosas mientras que pasan las casi 2 horas hasta que abra mi puerta de embarque, por eso escribo ahora.

Me había quedado con Buda y con Pest, ya cada vez acercándome a lo que antes (y ahora obviamente ya no) solía llamar “normal”. Después de ahí, estuve haciendo destinos que más allá que me acercaban físicamente más a casa, también lo hacían por el lado personal, de costumbres, idiomas, cultura y familia. Decidí no escribir de eso, porque la verdad no tenía mucho sentido. Este blog para mí es mucho más que una manera de comunicarme con otros, es una manera de hacer catarsis al 100%, de decantar todo lo que me pasa, y Paris, Lyon, Barcelona y Madrid, muy afortunadamente, son viejo conocido para mí. Viví un tiempo en Francia hace años por estudio, y tengo familia en España (para los que no saben tengo la doble nacionalidad; no hay discusión de que yo soy argentina, pero esto me brinda un beneficio diplomático de visados importante y al mismo tiempo nunca niego mis raíces de familia paterna, no?). Entonces, volviendo, sí que podría haber escrito de cómo Montmartre es en mi opinión 1000 veces más la mejor parte de Paris antes de la torre, o como el Parc Guell le vuela la cabeza a cualquiera más allá que sea la vez número 15 que estes en Barcelona, pero no, fueron destinos más de reconexión con lo habitual, que de verdad después de tanto andar hace falta.

En fin, después de Madrid (en donde ya en la Gran Vía, y aunque a mi amiga Isa no le guste, me sentía en la calle Corrientes), aterricé en Buenos Aires. Y hace 10 días que no paro de darme dosis de porteñismo. Y claro, yo no solo soy de argentina, sino que soy re recontra porteña. Nací en Buenos Aires y moriré ahí. Mi familia, mis amigos, mi perra, mi casa, mi cuarto, mi baño, manejar de nuevo, Belgrano, la línea B, Florida y el tango, un martes de nuevo en Sálvame Maria, empanadas, asado, dulce de leche, Fernet y Quilmes, que me ofrezcan mate seguido (y volver al “no gracias” de siempre), leer el diario nuevamente en papel. Uffff cuanto para tan poco tiempo. Estaba de vuelta, pero de visita. Ahora ya estoy rumbo a Chile por trabajo, una nueva experiencia (que si voy a ser 100% sincera no quería que llegara tan rápido), pero si no lo hago ahora, cuando no?

La verdad es que después de contar una y otra vez muchas cosas que conté acá con toda la gente que vi, digo WOW flaca! Y claramente, menos mal que lo escribí! A parte de que me hace muy bien, lo debería leer de vez en cuando, para no olvidarme.

Con este post por ahí se cierra una etapa pero claramente se abre otra, se decanta todo el aprendizaje de una experiencia para pasar a otra. Pero, creo que hace falta, no solo para desmentir me herencia oculta de Mónaco sino que también para mostrar a todas esas personas que me preguntan “¿Cómo haces?”, contar un poco de mi gran filosofía adoptada en este último tiempo: que solamente basta proponérselo y podes hacer lo que quieras, agradeciendo un poco no porque viajo tanto, sino porque PUEDO viajar tanto.

Para empezar nunca me hubiera ido a trabajar a un voluntariado en Costa de Marfil a cambio de alojamiento y comida si no hubiera conseguido la oportunidad por AIESEC (www.aiesec.org), organización de desarrollo de lo jóvenes que una de las tantas cosas que ofrece es prácticas en el extranjero. Además, gracias a eso y la vida en general tengo una gran red de contactos y amigos, y de Varsovia con Facu pase a Budapest con Cata, a Paris con Maru, a Lyon con Michelle, a Barcelona con Pau y a Madrid con Isa. Y por último, nunca me hubiera podido bancar el viaje si no trabajase de manera part-time en Mindvalley Hispano (www.mindvalleyhispano.com), fundada y dirigida por Juan Martitegui (ver perfil LinkedIn aquí), empresa copadísima si las hay, en donde la metodología de trabajo es 100% online, teletrabajo, empresa virtual, convirtiéndome en una muy feliz nómade digital. Al mismo tiempo tengo un jefe tan buena onda (Juan) que le digo: “Che, creo que voy a ir a Africa y trabajar desde ahí, esta bien?” – “Claro! Mientras que vos estés bien (y cumpliendo claro) esta perfecto”, porque esta bueno entender que “Happiness is the new productivity”. Viajar y trabajar al mismo tiempo, genialidades si las hay, no?.

En fin, ahora rumbo a Chile por más de un mes, escribo como dije antes el último post de esta etapa, pero no claramente el último de todos. Además de que esto es catártico, gracias al blog conseguí desde un buzo en Budapest hasta ofertas para un libro (¿?) – capítulo aparte, con esto claramente sigo comprobando que argentina es un país muy generoso! Ja! Pero esto recién empieza y Chile me espera.

Los dejo con las fotos que muestran el Behind the Scenes 🙂

El pase de diapositivas requiere JavaScript.